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Oro por espejos

  • realidadradical
  • Jan 21, 2020
  • 2 min read

Oro por espejos. Por Marian Ramsey

¿Te acuerdas de la leyenda? Se dice que los aztecas dieron su oro por los espejillos que traían los españoles. Algo tan llamativo y atractivo, a cambio de un metal precioso que ellos tomaban como común. Yo estoy igual.

Tengo todo el oro del mundo (Cristo mismo) pero prefiero y anhelo los espejos (la aprobación y alabanza de las personas…de mí misma). Sí, qué padre que Cristo me de perdón completo, amor verdadero, hogar celestial, propósito asombroso, bendiciones terrenales y espirituales, actuales y eternas…súper. Pero los espejos… Suspiro. Si tan sólo pudiera tener esos espejos. Ese aplauso de las personas, ¡esa admiración mía! Si me lograra apantallar y finalmente le llegara al estándar de la mujerona que quiero, debo y puedo ser. ¡Qué bello sería! ¡Qué feliz y plena sería! Pues ahí está el oro, pero quiero espejos. Sé que mi valor está en Cristo, sé que mi satisfacción está en mi Creador, pero aquello que brilla con magia y esplendor…los espejos. Mmm. Empiezo a caer en cuenta. He estado estudiando Colosenses “Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él, y habéis sido hechos completos en Él.“ Colosenses 2

Estoy COMPLETA en Él. ¡Como si poseyera todo los tesoros más deseables del mundo! Es que, ¿qué más puedo desear fuera de Él? “En (Cristo) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Tengo a Jesús, Él es mío y yo suya. Y valoro más la opinión mía y de la gente. ¿Te identificas? Espero que no. Pero si es que te sientes en las mismas, únete en este volver a asombrarnos el oro. Ese que no cambia, que no se devalúa, que perdura. Con lágrimas lo escribo amiga, sí de pena, pero también de gratitud. Porque no perdí ni un gramo de oro al desear los espejos, siguieron siendo míos. Nada me arrebatará de la mano de mi Redentor.

¿Te das cuenta?





 
 
 

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